“La tierra de Argentina es El Dorado para la agricultura, todo lo que se siembra se convierte en oro. Y ahora es solo el comienzo.”
DIETER MEIER
El país del vino más rico de América del Sur tiene viñedos prósperos distribuidos por la Cordillera de los Andes. Argentina, una tierra que duplica el tamaño de Alemania, Francia y España juntos, ha sido bendecida con altitudes, microclimas y recursos naturales diversos.
Llegando al extremo norte en Salta, a 3.000 metros sobre el nivel del mar, pasando por los valles de Mendoza en la región de Cuyo, y bajando la Cordillera de los Andes al fin del mundo en la Patagonia, nos aventuramos por todo el país en busca de los terroirs productores de los mejores vinos de Argentina.
Elegimos nuestra tierra por su clima excepcional, la mineralidad del suelo y la calidad del agua en los valles de la montaña. Aguas puras de deshielo de la cima de los Andes originarios bajan a regar el suelo, libres de contaminantes.
Argentina es una de las pocas regiones productoras de vino en el mundo que tiene el clima ideal para la elaboración del vino y una gran variedad de temperaturas entre el día y la noche. Nuestras uvas orgánicas crecen con días áridos y soleados, y noches frías.
La naturaleza otorga el ambiente idílico para que un viñedo saludable crezca naturalmente, y de esa forma se elaboran los varietales de excelente calidad de Ojo de Agua.
El viaje comienza en lo profundo de la tierra; bajo el rico suelo las vides crecen fuertes y las uvas explotan de robustez y complejidad. Los suelos orgánicos ricos en nutrientes, libres de pesticidas y químicos, cobran vida casi sin interferencia externa, por lo que se crea un ecosistema equilibrado que protege a las vides de los predadores.